La Biblia no hace una mención directa sobre los tatuajes. Sin embargo, hay algunas referencias indirectas que se han utilizado para argumentar a favor o en contra de los tatuajes.
En el Antiguo Testamento, en Levítico 19:28, se encuentra un versículo que dice: «No haréis rasguños en vuestra carne por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová».
Algunos intérpretes han argumentado que esto podría referirse a los tatuajes, ya que implican imprimir una marca en la piel. Sin embargo, otros argumentan que este versículo se refiere específicamente a las prácticas funerarias y no a los tatuajes en general.
En el Nuevo Testamento, algunos cristianos interpretan el cuerpo como un templo sagrado, por lo que dañarlo o marcarlo sería una profanación.
En 1 Corintios 6:19-20, se dice: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios».
En resumen, la Biblia no prohíbe específicamente los tatuajes, pero algunos cristianos pueden interpretar ciertas partes de las Escrituras como una advertencia contra hacer daño o profanar el cuerpo. En última instancia, la decisión de tatuarse o no es una cuestión personal y puede depender de las creencias y valores individuales de cada persona.
¿Piensas tatuarte?
- Primero ora. Pide la dirección y la confirmación de Dios.
- Habla con tu pastor, explícale tu sentir. Pregúntale cuál es la postura de la iglesia a la que asistes.
- Pregúntate honestamente si será o no de tropiezo para tus hermanos en la fe.
- Analiza cuál es tu motivación ¿Por qué deseas hacerte un tatuaje? ¿Quieres llamar la atención de la gente o crear controversia? ¿Lo consideras bonito o una expresión artística? ¿Qué te motiva?
- No te dejes presionar por amigos o por la moda. No te hagas un tatuaje para agradar a otra persona.
- Escoge bien el tatuaje. Imagínate con ese tatuaje dentro de 50 años. ¿Te avergonzará? ¿Te hará sentir ridículo? ¿Te sentirás bien al mirarlo?
- Piensa cómo influirá en tu vida. Por ejemplo, ¿te causará complicaciones en el área laboral?