Hola, Dios te bendiga, en esta oportunidad te hemos preparado una serie de versículos para enfermos, si estás pasando por un momento complicado de salud o conoces a alguien en esa situación, traemos lo que necesitas, palabra de vida y sanidad.
Índice
Versículos de sanidad para los enfermos
Salmos 30:2
«Jehová, Dios mío, clamé a ti, y me sanaste.»
Isaías 53:5
«Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.»
Jeremías 33:6
«Y sanaré sus heridas, y les daré salud, y los curaré; y les revelaré abundancia de paz y de verdad.»
Éxodo 15:26
«Porque yo soy Jehová tu sanador.»
Éxodo 15:26
«Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.»
Santiago 5:15
«Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.»
3 Juan 1:2
«Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.»
Salmos para alentar a un enfermo
Salmo 103:2-3
«Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias.»
Salmo 27:1
«Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?»
Salmo 42:11
«¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.»
Salmo 18:2
«El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio. Él es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!»
Salmo 27:3
«Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, estaré confiado.»
Salmo 51:10
«Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.»
Salmo 88:1-2
«Oh Señor, Dios mío, clamo a ti de día, y de noche levanto mi voz delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor.»
Versículos de sanidad y milagros
Santiago 5:14-15
«¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.»
Mateo 17:20
«Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.»
Isaías 53:5
«Pero él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.»
Mateo 9:21-22
«Y la mujer dijo: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y Jesús volviéndose, y viéndola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y fue salva desde aquella hora.»
Éxodo 15:26
«Yo soy el Señor tu Dios, que te sana.»
Marcos 9:23-24
«Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó, y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.»
Juan 6:35
«Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.»
Marcos 9:23
«Jesús le dijo: Si quieres creer, todo es posible al que cree.»
Daniel 2:47
«El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.»
Reflexión para enfermos
La enfermedad puede ser una experiencia muy difícil y dolorosa, tanto física como emocionalmente. En estos momentos, es fácil sentirse desesperado y solo, pero como cristianos, podemos encontrar consuelo y fortaleza en la palabra de Dios.
Primero, es importante recordar que Dios está contigo en cada momento, incluso en los momentos más difíciles. En la Biblia, se nos dice que Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, un ayudador siempre presente en momentos de angustia (Salmo 46:1). Incluso cuando parece que nadie más puede entenderte o ayudarte, Dios siempre está allí, listo para escucharte y sostenerte.
La Biblia nos habla de cómo la enfermedad puede ser una oportunidad para crecer en nuestra fe y confiar en Dios de una manera más profunda. En 2 Corintios 12:9-10, el apóstol Pablo habla de cómo Dios le dio una «espina en la carne» para mantenerlo humilde y enseñarle a depender completamente de Él.
A través de la enfermedad, Dios puede enseñarnos a confiar en su poder y gracia, incluso en medio del dolor y la debilidad. Finalmente, es importante recordar que Dios es un Dios sanador. En la Biblia, leemos sobre innumerables milagros de sanidad realizados por Jesús y otros en su nombre.
Aunque no siempre recibimos la curación física que deseamos, podemos tener la confianza de que Dios tiene un plan y un propósito para nuestra vida, incluso en medio de la enfermedad.
Como cristianos, podemos encontrar consuelo en la palabra de Dios durante los momentos de enfermedad, sabemos que Dios está siempre presente, que la enfermedad puede ser una oportunidad para crecer en nuestra fe, y que Dios es un Dios sanador.